martes, 9 de junio de 2009

QUE YA NO SE MUEVA

Que no se mueva el cielo ni las entrañas de mi madre Tierra,

Que no se mueva el consuelo ni los silencios que el mar encierra.

Caminaré despacio para que el río no se desborde,

Está a punto de estallar cuando el terremoto lo alborote.

El dolor de la dulce hiedra se fundirá en las montañas,

Se volverá inalcanzable como el aire en la mañana.

Que los ritmos suenen lento al compás de los abetos,

Que sus notas lleguen frías como un dulce y cruel tormento.

Ya no debería de hacer que la tierra se mueva,

Es mejor guardar silencio y esperar a que anochezca.

Espero que la selva no me trague el corazón,

Deseo que sus peligros no defrauden mi ilusión.

Que ya no se mueva la vibra de el alba,

Que no se mueva y mejor será dejarlo todo en calma.

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