martes, 14 de julio de 2009

Sol y Luz

Sólo sale cuando la mañana resplandece en las tinieblas,

Busca ahora y sólo encuentra a la luna con ojeras.

Temeroso pero firme brinca ahora la neblina,

Mira al cielo con tristeza que su estrella ya no brilla.

Hoy temprano con el alba la libertad se respira profunda,

Cuando la noche cae helada la tristeza ahora lo inunda.

Pasos firmes de calor dará desde ahora cada día,

Ya no hay nada que le impida el retroceso a la agonía.

En el agua su reflejo de la luz que fue un día,

Pero no encuentra la imagen que le cause alegría.

Por ahora sólo espera que la luna se asome,

Que lo eclipse la emoción que una vez sintió en la noche.

Tanto tiempo de brillar lo ha ahora fatigado,

Su calor se desvanece y lo oscuro está llegando.

Si al canto de la aurora revivir se pudiera,

Si omitir las decepciones no lo hundieran en la pena.

Con esplendor tendrá que continuar alumbrando,

Buscando en cada mañana un horizonte no lejano.

jueves, 2 de julio de 2009

Sentimientos

¿Para qué quedarse encerrado en un mundo donde no tienes cabida?
Mejor explorar es lo más sano para el alma que ha llorado día tras día.
Entre soplos nuevos de aire cálido, que se batan las alas al firmamento,
que se hundan las cenizas del llanto y que renazca un fuego nuevo.
Al salir de la neblina no se debe de añorar la fuerte lluvia,
continuar es el destino que se elige con amargura.
Si el viento te está soltando cual cometa hacia el viento,
Es mejor llegar al sol para mitigar el sufrimiento.
Quién diría que el ocaso ha de ignorar la luna,
Escondida ha de llorar porque ella ya no alumbra.
Increíble es que el frío ya no hele al mismo tiempo,
increíble es que un suspiro no exprese un sentimiento.

Cuando el corazón se marcha

Que triste es la tristeza que entristece la desepción en mis entrañas.
Que extraña es la extrañeza de un deseo extrañado, y que duro es el olvido de un amor olvidado.
Palpa el miedo mi tonta idea de un nuevo día. Respira mi temor las sombras que dejarán las alegrías.
Firme y seco es el viento que ahora roza mis mejillas. Me ahorca ya el yugo de la desición tomada, que me desprende cual felino que desgarra a un ruiseñor.
Ay quien fuera tiempo esperando ilusiones. Quien fuera tierra para sepultar los recuerdos y las crueles pasiones.
En en el anhelo he de morirme rodeado de espinas de amor, que se entierran en el recuerdo de un capullo marchito por el corazón.