jueves, 2 de julio de 2009

Cuando el corazón se marcha

Que triste es la tristeza que entristece la desepción en mis entrañas.
Que extraña es la extrañeza de un deseo extrañado, y que duro es el olvido de un amor olvidado.
Palpa el miedo mi tonta idea de un nuevo día. Respira mi temor las sombras que dejarán las alegrías.
Firme y seco es el viento que ahora roza mis mejillas. Me ahorca ya el yugo de la desición tomada, que me desprende cual felino que desgarra a un ruiseñor.
Ay quien fuera tiempo esperando ilusiones. Quien fuera tierra para sepultar los recuerdos y las crueles pasiones.
En en el anhelo he de morirme rodeado de espinas de amor, que se entierran en el recuerdo de un capullo marchito por el corazón.

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